Deseo comenzar mi charla recordando al destacado
médico y poeta guayanés José
Manuel Agosto Méndez (2),
quien fue el autor de un hermoso poema sobre -la tierra promisoria de Guayana, el
cual alcanzó tanta popularidad que el gobernador de esa entidad federal,
Arístides Tellería, lo decretó Himno del Estado Bolívar en el año 1910. En una
de las estrofas de su bella creación, el poeta Agosto Méndez expresa:
¡Guayana! Santuario de música llena,
que brindas al alma contento y solaz,
permitan los hados que siempre en tu seno
sus rosas y mirtos deshojen la paz.
que brindas al alma contento y solaz,
permitan los hados que siempre en tu seno
sus rosas y mirtos deshojen la paz.
La decisión del gobernador fue acogida con agrado,
ya que el emotivo poema definía de manera amplia el alma del pueblo guayanés, ponderando
además las virtudes del lugar donde muy probablemente se forjó la raza humana (Mapa del estado Bolívar (3)
en una data que oscila entre cuarenta y doscientos mil años, según sea la
opinión que sustente el geólogo o el paleontólogo que se esté consultando.
Sobre el tema escribió el maestro Rómulo Gallegos en su obra Canaima (4), una de sus creaciones más relevantes, en la que analizó las
tradiciones de los indios guayanos.
En su poesía
el poeta Agosto Méndez le atribuye al pueblo guayanés cualidades que explican de
por sí la razón por la cual se han forjado allí tantos creadores que trascienden
el acervo regional, entre los cuales deben recordarse al músico Manuel Jara
Colmenares, a la escritora Lucila Palacios, al pintor Jesús Soto, al escultor Alejandro Otero, al poeta Alarico
Gómez, a la periodista Francia Natera, al actor Elio Rubens y al ingeniero
Leopoldo Sucre Figarella. A este gran tumeremense, apodado El Zar de Guayana, le
debemos casi todas las grandes obras que hoy caracterizan el modernismo urbano
de esa entidad. Quiero resaltar que los nombres que acabo de citar son solo una
muestra representativa de una muy extensa lista de guayaneses destacados, dando
el debido crédito a ese grupo de artistas anónimos que dejaron bellísimas e
invalorables obras plasmadas en los hermosos petroglifos (5) que se encuentran esparcidos en
casi todo el territorio guayanés.
El origen
Guayana es el territorio más antiguo del planeta Tierra.
Emergió de las aguas hace unos 3.500 millones de años, cuando se comenzó a formar
la corteza terrestre. Los científicos estiman que el Macizo Guayanés (6) emergió durante la
época Precámbrica. Es de recordar que el sabio Stephen Hawking en su obra Historia del Tiempo estableció que el
Universo nació hace unos 13.500 millones de años y desde su inicio comenzó a
expandirse hasta originar la Vía Láctea hace unos cinco mil millones de años.
De tal manera que nuestro planeta empezó a tomar forma con el surgimiento del Macizo Guayanés y del fabuloso
Orinoco, que son los emblemas naturales de la región. En el sureste del macizo
se levanta imponente el cerro Roraima el
cual se encuentra en el sureste del Parque Canaima, de unos treinta mil kilómetros cuadrados de
extensión, coronado por el pico Maverick,
el cual se eleva a 2.810 metros de altitud.
En consecuencia, podemos aseverar que el Macizo posee las rocas más
antiguas del planeta, proporcionando al visitante una visión imperecedera motivada
por la contemplación de sus áreas selváticas y de sus
grandes ríos, como el Cuyuní, el Yuruán y el Yuruari, en cuya confluencia era
creencia que existía una ciudad totalmente edificada de oro.
Los tepuyes (7)
Sin duda, el aspecto que más cautiva al visitante es la contemplación de
los imponentes tepuyes, que alcanzan más de dos kilómetros de altitud, limitados
al norte por extensas sabanas, las cuales poseen en su seno abundantes recursos
mineros, tales como el hierro, la bauxita, el uranio, el coltán (chips), el
caolín (plásticos, virio, cerámica) y su gran riqueza diamantífera, lo que ha provocado
la invasión de la zona por grupos de saqueadores llamados garimpeiros. En esa
zona sobresale el Auyantepuy, el cual alberga el Salto Ángel (8), llamado
Churún Merú por los indios tamanacos, que seguían con devoción a su Dios
Amalivaca.
La Conquista
La primera vez que el impresionante paisaje de esa
tierra de promisión fue visto por el hombre blanco ocurrió cuando Cristóbal Colón
la visitó en agosto de 1498. Sin embargo, las exploraciones las inició el
navegante Diego de Ordaz
(9) en 1531, cuando descubrió la existencia de ese mundo esplendoroso
que existe en la región.
Tres décadas más tarde Felipe II creó la Provincia de
Guayana, el 18 de noviembre de 1568. Le correspondió a Antonio de Berrío (10) el honor de erigir la
ciudad capital el 21 de diciembre de 1595, utilizando para ello materiales
locales y de otras regiones, lo que dio inicio a la creación de poblados en el
área. Ese primer experimento de urbanización fue llamado Santo Tomé de Guayana
y fue construido en un terreno adyacente a la confluencia del Orinoco con el Caroní (11), ubicado
cerca del Cachamay, lugar donde los indios guayanos tenían su rancherío
principal, en las que vivían protegidos por el cacique Morequito en acogedoras churuatas (12).
Lamentablemente Santo Tomé tuvo que ser refundada
en diferentes lugares, debido a los continuos ataques de piratas ingleses y holandeses
que venían en búsqueda de la ciudad de oro, a la que llamaban El Dorado. El más
renombrado de ellos fue el famoso Sir Walter Raleigh, quien saqueó a San Tomé y
la destruyó totalmente en el año 1618.
Ciudad Guayana (13)
Tres siglos y medio más tarde
fue decretada la creación de Ciudad Guayana, ubicada en el mismo lugar donde Antonio
de Berrío efectuó el primer acto fundacional. En esa ocasión se unieron dos
poblados: Puerto Ordaz, que fue planeada y erigida por la empresa Orinoco Mining Company en 1952; y la
vetusta San Félix de Guayana, fundada en 1724 por la Misión de la Purísima
Concepción de Nuestra Señora del Caroní. Su crecimiento ha sido constante,
generando desde 1952 un extenso programa de construcción de industrias, hospitales,
autopistas, universidades, urbanizaciones e instalaciones recreativas.
Hoy día Ciudad Guayana cuenta con sitios de gran
interés turístico, tales como el Parque Caroní que está integrado por La Llovizna (14),
Cachamay y Löefling, que son una muestra representativa de la majestuosidad y
belleza del río Caroní. Además, se puede disfrutar de antigüedades históricas
como el Malecón de San Félix, las Ruinas de la Misión del Caroní y los Castillos de Guayana (15).
Y como si todo eso no bastara para disfrutar del lugar, en 1967 fue
puesta en funcionamiento la planta hidroeléctrica de El Guri (16) durante el
mandato de Raúl Leoni, el único presidente guayanés que hemos tenido. A partir
de entonces el desarrollo nacional quedó sustentado en el gran potencial
energético que proporciona el río Caroní. Debemos recordar que semanas antes de
la inauguración del Guri se puso a prueba la capacidad técnica de la CVG, con la
implementación de un espectacular y exitoso operativo que fue organizado para
salvar la fauna que tenía como hábitat el lugar donde se erigiría la represa.
Angostura (17)
En lo referente a la capital de la Provincia de
Guayana, la misma fue establecida en Angostura el 22 de mayo de 1764, fecha en
la cual Joaquín Sabás Moreno
de Mendoza terminó la edificación de sus instituciones básicas y de la
plaza mayor, de acuerdo a la tradición hispánica, lo que permitió que el padre
Bruno de Barcelona procediera a bautizar el nuevo poblado. Para dirigir la
Provincia fue designado Gobernador Moreno de Mendoza, el cual permaneció en el
cargo durante dos años, entregándole el mando a Manuel Centurión, quien
consolidó la obra emprendida por su antecesor. La ciudad mantuvo su nombre
hasta el año 1846, fecha en la cual el presidente Carlos Soublette le cambió el
nombre por el de Ciudad Bolívar, en honor al Libertador, cuyos restos habían sido
repatriados cuatro años antes.
Las Misiones (Tumeremo
(18)
Además de los ingentes esfuerzos de Berrío y de
Moreno de Mendoza para fundar poblados, fue notable la intervención de las
Misiones religiosas, especialmente la de los padres Capuchinos de Cataluña
quienes levantaron ciudades de gran raigambre en la zona como Tumeremo, Guasipati,
El Callao y Upata. Nuestra Señora de Belén de Tumeremo fue erigida el 26 de
enero de 1788 por el padre Mariano de Perafita.
Medio siglo después de la fundación de Angostura llegó al lugar El Libertador (19), gracias
al titánico esfuerzo de Manuel Carlos Piar, quien venció en San Félix al
general Miguel de La Torre logrando establecer un territorio libre en Guayana, facilitando
que los rebeldes completaran la fase final de la lucha emancipadora, permitiendo
que Bolívar atravesara el Orinoco y completara la derrota española en el
territorio guayanés. Completada esa odisea el Libertador fijó residencia en la bella
Casona de San Isidro (20),
donde estuvo al lado de su amada Josefina Machado, a la que con dulzura llamaba
Pepita, una bella joven caraqueña que lo acompañó entre los años de 1813 a
1819, el período más difícil de su vida.
Se dice que en esa época El Libertador disfrutaba con Pepita a las
orillas del Orinoco (21),
donde la llevaba a comer mangos, fruta que fue traída a Venezuela por Fermín de
Sancinenea en 1789, de acuerdo al informe que envió a España refiriendo que
sembró en Angostura semillas de canela, nuez moscada, clavo, pimienta de
Castilla y mango, precisando que esta última semilla era originaria de la
India. Esa aseveración sobre la sabrosa fruta también fue hecha por Alejandro de Humboldt (22)
en su obra Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Mundo (tomo
IV, p. 396), cuando narra su visita a Angostura en 1800.
El Esequibo (23)
Como es natural, no se puede hablar de Guayana sin mencionar
el delicado problema del Esequibo, territorio que fue ilegalmente ocupado por
los británicos y que se intentó recuperar durante el gobierno de Raúl Leoni, en
un hecho que se conoce en la historia como “La Rebelión del Rupununi (24)”. Es de recordar que
el 1 de enero de 1969 un batallón de militares venezolanos, comandado por el
teniente de la GN José Pilar Barbella Ramos, ocupó por primera vez en un siglo
el territorio Esequibo. Lo más interesante de lo ocurrido fue el entusiasmo con
el que la población local recibió a nuestra tropa, llamándolos paisanos, pidiéndoles
que les dieran cédulas venezolanas. La operación fue un éxito desde el punto de
vista militar y político, pero lamentablemente el gobierno se dejó presionar y
procedió a retirar su tropa.
Como se recordará el problema del Esequibo comenzó a forjarse
apenas Bolívar le dio trato preferencial a los ingleses, con el fin de
agradecerles su cooperación en la lucha contra España, Esa situación fue
aprovechada para penetrar en nuestro territorio a través de la porción
guayanesa que obtuvieron de Holanda a raíz de la derrota de Napoleón, lo que
causó que en 1824 Bolívar presentara una queja diplomática ante el gobierno
británico por el avance ilegal efectuado dentro del territorio de Colombia,
pero el problema siguió agravándose y en 1887 Guzmán Blanco (25) rompió relaciones diplomáticas
con la Gran Bretaña. No obstante, la penetración continuó hasta llegar a la
desembocadura del Caroní.
El Ilustre Americano invocó entonces la Doctrina Monroe emitida
en 1823 por el gobierno norteamericano y, como consecuencia, Inglaterra envió
tres buques de guerra a La Guaira.
El problema de la Guayana Esequiba se complicó debido a que los
británicos querían tener ese territorio para explotar sus riquezas naturales y
para fortalecer su poder militar en las Américas. Tan es así que el 2 de julio
de 1888 ocuparon Punta Barima y decretaron la creación de un Distrito en
territorio venezolano, que era ahora parte del Imperio Británico, pero no tuvieron
éxito en su abuso ya que se vieron forzados a retroceder debido a la presión
que ejerció Estados Unidos, aunque lograron afianzarse en más de 150 mil
kilómetros cuadrados, de acuerdo al Laudo Arbitral sentenciado en París en
octubre de 1899. Como se puede observar, la gran oportunidad de recuperar nuestro
territorio se perdió ante la retirada del Rupununi por presiones
internacionales.
En conclusión podemos afirmar que pese a todo Guayana sigue
siendo la tierra de promisión, el lugar del babandí, de la sapoara y del merey,
cuya Bandera (26)
es producto del ingenio de Jesús Soto, gran maestro de la plástica universal. En
fin, Guayana es el lugar en el que priva la cordialidad y la amistad.
Muchas gracias (27).
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