jueves, 29 de noviembre de 2018

La Asociación de Escritores de Venezuela, seccional Bolívar.


29 de Noviembre de 1989. Se juramenta la Junta Directiva de la Asociación de Escritores de Venezuela, Seccional Bolívar, que tuvo la iniciativa de legalizarla después de 22 años de fundada.  En efecto, fue fundada en 1967 por iniciativa de Mimina Rodríguez Lezama, José Sánchez Negrón, Elías Inaty y Mercedes Quiroga, entre otros, y se mantuvo intacta con jurisdicción en todo el Estado hasta 1988 cuando los miembros residentes en la Zona del Hierro resolvieron fundar la Seccional de Ciudad Guayana, bajo la presidencia del poeta Alis Darnos. Pero como institución civil de carácter gremial sin fines de lucro, con personería jurídica y patrimonio propio, no fue registrada sino el 16 de mayo de 1990 por gestión de la Junta Directiva electa en 1989 y reelecta el miércoles 7 de noviembre de 1990. Esta Junta Directiva ratificada para un segundo período y la cual se juramentó el 29 de noviembre, aniversario del natalicio de don Andrés Bello y, por lo tanto, Día del Escritor, la conformaron: Presidente, Elías Inaty; Secretario General, Américo Fernández; Secretario de Finanzas, Mercedes Quiroga; Secretaria de Actas, Iris Aristeguieta; Secretario de Cultura, Reinaldo Gonzáles; Vocales, Guillermina Rodríguez Lezama (Mimina) y Diógenes Troncones Sánchez. Tribunal Disciplinario: Horacio Cabrera Sifontes (Presidente), Teresa Coraspe y Abraham Salloum

      De acuerdo con el registro, la  AEV asienta que no persigue otros fines que no sean el de trabajar por el más amplio desarrollo de la cultura, en particular de las letras; por la elevación de las condiciones sociales y económicas del escritor y por la defensa de sus derechos y de las libertades públicas … Se entiende por escritor todo creador intelectual, con obras escritas, no necesariamente publicadas, que respondan a exigencias estéticas y admita calificación literaria, científica o humanística.(AF)

EN RUINA CASA DE OS ESCRITORES



Esta Casa que hoy vemos en ruinas (frente al Palacio Legislativo) fue donada por la comunidad bolivarense, mediante colecta, al médico José Manuel Agosto Méndez por sus 50 años de grandes y  nobles servicios a la Medicina.  Además, autor del Himno del Estado.  25 Años al servicio de los intereses públicos. Autor de 17  Libros.  Director de Hospitales. Presidente de la Cruz Roja  Secretario General de Gobierno.  Presidente del Concejo Municipal durante 15 años.  Diputado y Senador del Congreso Nacional, Director fundador  de la Revista Horizontes. Director fundador de la Gaceta Médica. Venerable Maestro de la Logia. Diputado varias veces de la Asamblea Legislativa y Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia.   Llegó a la senectud, a pesar de tantos cargos, sin vivienda propia para su familia, por lo que la comunidad bolivarense le donó esta casa que compraron en 1998 los escritores del Estado bajo la promesa de que sería restaurada por la Oficina Técnica del Casco Histórico dependiente de la Gobernación, por ser patrimonio cultural de la ciudad. Pero por falta de continuidad administrativa no ha sido posible hasta ahora. Los escritores siguen esperando por su sede para honrar la memoria del autor del Himno de Guayana. (AF)

lunes, 27 de agosto de 2018

EL POETA UPATENSE OMAR QUIARAGUA



Omar Quiaragua, poeta bolivarense, nacido en Upata en 1951, hermano del dramaturgo y guionista de TV, Omer Quiaragua y del periodista  y ex director de la Revista Tricolor del Ministerio de Educación José Quiaragua, murió en el 27 de agosto de 2018 en Caracas.  Era Abogado egresado de la Universidad Central de Venezuela. Activista cultural, en la parroquia Caricuao, participó en la creación del grupo de teatro «Alambrada», colaboró en las revistas Leña y Ronkera. Sus poemas aparecen en páginas literarias de Oriente, Centro y Sur de Venezuela; Así como en las antologías «Ciudad Satélite»(Primera muestra de la poesía en Caricuao), Selección: Gerónimo Cañas, Editorial Ronkera, 1986. Miembro del Grupo Editorial La Espada Rota. El poemario Pasajero en Tránsito, de nuestro fondo editorial, recibió mención honorífica en el Concurso de Poesía de la Asociación de Escritores de Venezuela.
   Su último poemario “Soy”, el cual me dedicó en febrero del año pasado, nos da a conocer  este poema, tal vez premonitorio de su muerte: “El día que me vaya / sonarán las campanas / caerán los lingotes y las montañas /  crecerán / me llevo mi fortuna acumulada /  o, diamantes y especialmente dólares / para comprar un río, una isla / y un pedazo de Sol ª (AF)


lunes, 20 de agosto de 2018

TALLER LITERARIO: CREACIÓN POÉTICA: UNA NUEVA MIRADA



 TERESA CORASPE
MIEMBRO CORRESPONDIENTE  DE LA ACADEMIA VENEZOLANA DE LA LENGUA
ESCRITORA, ENSAYISTA
FACEBOOK: TERESA CORASPE


LA POESÍA HA EXISTIDO DESDE SIEMPRE Y FORMA PARTE SIN SABERLO,  DE NOSOTROS MISMOS QUE ELLA ESTÁ EN CADA OFICIO DEL SER HUMANO.  TODO LO QUE SE DESARROLLA TIENE SU FONDO POÉTICO A TRAVÉS DEL ACERCAMIENTO DEL LECTOR CON LOS AUTORES DE TEXTO, QUE NOS PERMITEN UN DIÁLOGO CON NUESTRA PARTE INTERNA Y NOS LLEVAN A OCUPAR CON PROFUNDIDAD ESPACIOS QUE CORRESPONDEN AL SER. NADA MAS NOMBRAR A DOS AUTORES QUE FORTALECEN ESTE CRITERIO COMO GASTÓN BACHELARD CON SU “POÉTICA DEL ESPACIO” Y MARCEL PROUST CON SU MEMORIA AFECTIVA EN SU MONUMENTAL OBRA  “A LA BUSQUEDA DEL TIEMPO PERDIDO”. SURGEN ADEMÀS INTERROGANTES COMO LAS SIGUIENTES: ¿CÒMO INFLUYE LA ELECTRÒNICA ANTE EL LIBRO? ¿ES UN PELIGRO LA INFORMATICA PARA EL LIBRO, QUE CREE USTED? ¿QUÈ AUTORES ESTÀN CIRCULANDO EN ESTE TIEMPO POR LA VÌA DE INTERNET? CON ESTA TEMÁTICA “CREACIÓN POÉTICA UNA NUEVA MIRADA” NOS APROXIMAMOS A VARIOS ASPECTOS DEL CONTENIDO QUE FORMAN PARTE DE LA LITERATURA EN GENERAL, EN PRIMER LUGAR:
1.    CONVERSACIÓN SOBRE LO PROPIAMENTE LITERARIO.
2.    DIFERENTES MANERAS DE LEER, DE ESCRIBIR Y DE HABLAR.
3.    EL LIBRO COMO FORMADOR DE CULTURA.
4.    LA LECTURA COMO HÁBITO.
5.    RESEÑAS DE ESCRITORES VENEZOLANOS COMO JOSÉ ANTONIO RAMOS SUCRE, CRUZ SALMERÓN ACOSTA Y ANDRÉS ELOY BLANCO.
6.    DIFERENCIAS ENTRE EL LENGUAJE LITERARIO Y COTIDIANO. CREACIÓN Y EMOCIÓN. LO FÁCIL, LO HERMÉTICO.
DIRIGIDO A: EDUCADORES, FACILITADORES, COACH, BIODANCISTAS, RECREADORES,    PADRES, EN GENERAL A TODO EL QUE SE DESEMPEÑE EN CUALQUIER ÁREA  DEL CRECIMIENTO HUMANO.
FECHA: 25-08-2018
HORARIO: 8:00 AM A 4:00 PM
CUPO: 20 PERSONAS.
INVERSIÓN: 30 Bs.S

DIRECCIÓN: CALLE BRASIL, EDF. HELENITA, LOCAL PA 1, SECTOR NEGRO PRIMERO, DIAGONAL A ANTIGUO FERKA, CIUDAD BOLÍVAR.

INSCRIPCIONES: A TRAVÉS DE TRANSFERENCIAS AL BANCO VENEZUELA, CUENTA CORRIENTE  Nº 0102-0427-56-0000218533, PINTO DE LATORRACA MARÍA VIVIANA,  C.I. 4077945,  E-MAIL: JJLARTE@GMAIL.COM.  TLF: 0412-8609742, 0416-4927850, 0414-8547488

SE AGRADECE  CONFIRMAR SU ASISTENCIA CON ANTICIPACIÒN, Y ENVIAR CAPTURE DE TRANSFERENCIA.

QUÉ DEBES TRAER:

1.    1 LIBRETA DE APUNTES.
2.    LAPIZ GRAFITO O BOLIGRAFO.
3.    UN COMPARTIR A SU LIBRE ALBEDRIO.


viernes, 2 de febrero de 2018

Cecilio Acosta, bicentenario de la civilidad y la periferia



 Horacio Biord Castillo.-

Hoy, primero de febrero de 2018, es un gran día para la patria, para lo más hondo y entrañable de la patria, un día grande para la patria civilista, para la patria de las bellas letras, para la patria de la institucionalidad, el derecho y la reflexión social, para ese terruño fértil aunque constantemente amenazado de la decencia y la bonhomía, de la alteza de miras. Hoy, un día como hoy hace doscientos años, nació en un pueblo llamado San Diego, antaño floreciente, hogaño deprimido, un párvulo (como reza la partida del bautismo administrado dos días después, el tres de febrero de 1818) que llegaría a ser un justo entre los justos. Ese Cecilio Juan Ramón del Carmen sería andando el tiempo un grande entre los más grandes varones de la patria venezolana, que no es más que un pedacito fecundo de la patria hispanoamericana y de la patria iberoamericana que la engloba, sin renunciar al carácter latinoamericano, como en un juego de identidades que se superponen, cual cajas chinas y filigranas amerindias.
“Ha muerto un justo: Cecilio Acosta ha muerto”, escribió en julio de 1881 Jose Martí. Ese justo, en las palabras del gran polígrafo, se distinguía por su “cabeza altiva, que fue cuna de tanta idea grandiosa”, por “aquellos labios que hablaron lengua tan varonil y tan gallarda” y “mano que fue siempre sostén de pluma honrada, sierva de amor y al mal rebelde”.
Hoy, sin embargo, tantos años después, no se puede dar por cierto que un hombre justo, con una mente excepcional que sirvió de “cuna de tanta idea grandiosa”, dueño de una “lengua tan varonil y tan gallarda” y un escritor “de pluma honrada, sierva de amor y al mal rebelde” haya muerto de verdad. No. La patria lo necesita, lo necesita vivo, como a Bolívar, como a Miranda, como a Páez, como a Bello, como a Gallegos, como a Guaicaipuro, como al Negro Miguel, como a José Gregorio Hernández, como a Teresa Carreño, como a José Antonio Ramos Sucre, como a Teresa de la Parra, como a Andrés Eloy Blanco, como a las Negras Hipólita y Matea, que prestaron la leche bendita de sus pechos para criar la patria que por ello resultó bendecida.
A Cecilio Acosta no lo podemos contar entre los muertos y menos ahora, cuando se hacen más actuales sus advertencias sobre la turbulenta vida social y política que ayer como hoy nos precipita por insondables abismos. A Cecilio Acosta no lo podemos dejar olvidado en el Panteón Nacional como si de verdad estuviera, vuelve a decir Martí, hueca y sin lumbre su cabeza altivamudos sus labios yerta aquella mano que empujó el pesado carro de la dignidad frente a los tiranos y mediocres.
A Cecilio Acosta lo debemos sacar de ese ataúd perfecto de los héroes santificados, como justificación, por el despotismo. Don Cecilio, niño, joven, sabio en su impoluta madurez, debe caminar por las veredas verdirrojas de su patria chica de San Diego de Los Altos, por los caminos ahora otra vez polvorientos y acongojados de su patria venezolana y por el sueño anfictiónico, todavía posible, de la patria grande y de la más grande aún que nos convoca con las mismas voces de caballería que escucharon Babieca y Rocinante en la meseta castellana. Don Cecilio no puede ser desprendido de Venezuela, de Colombia, de Chile, de España, de tierra alguna donde se agradezca con un amable “gracias”.
Don Cecilio ha de ponerse otra vez, agrandados, esos zapaticos de oro que le atribuyen en Guareguare, caserío de San Diego de Los Altos que aún se disputa su cuna, y encontrar, por generosa donación de tantas generaciones de venezolanos, el dinero para enviar todas las cartas y escribir todos los libros que nos haya de mandar o dedicar.
Don Cecilio no ha muerto, sino que acaso doscientos años después, vuelve a nacer en un país que otra vez tembló de pavor, que otra vez tiembla de pavor. Necesitamos, seguimos necesitando, su voz y su ejemplo. Solo así podremos desovillar la maraña que esconde el hilo para salir del laberinto y burlar al monstruo de mil caras y mil manos que lo custodia y somete, burlándose del barro del que no solo estuvo sino que está hecho don Cecilio: el barro del pueblo, el barro de la pobreza, el barro de la sabiduría y la nobleza.
Cecilio Acosta fue un hombre de periferias: nació en una pequeña población aledaña a Caracas, fue pobre de solemnidad, vivió en un país visto como periferia de centros mundiales de poder y, dentro de él, pertenecía con orgullo a la periferia de los justos, de los alejados del poder, de los mancillados por el modo caudillesco y militarista de conducir el país. Héroe de esa paradójica periferia de la civilidad, Acosta no reclama por sí mismo su puesto entre nosotros, humilde como fue el sabio. Somos nosotros, los venezolanos del siglo XXI que todavía no fructifica en nuestros suelos, quienes lo precisamos para que, como tanto aconsejaba él, nos beneficiemos de la luz que se difunde en vez de enceguecernos con la que se concentra en forma avasallante, indebida, indecente, petulante.
Reclamemos a Cecilio Acosta como signo y símbolo de la Venezuela civilista, de la patria buena donde, cual diría Rómulo Gallegos sobre el Llano, “una raza buena ama, sufre y espera”. Y esa espera la puede iluminar un justo como Acosta, un hombre que no sucumbió ni en las garras asesinas del poder ni en la genuflexión obscena y lucrativa ante los caudillos que se creían ilustres en las Américas e inmortales entre los mortales, llamados −pensarían− a ser saludados como César.
Los verdaderos inmortales son los hombres como Cecilio Acosta, aquellos que, cual señaló Martí, cuando alzan el vuelo tienen limpias, muy limpias, las alas y, añado yo, las manos sin rastros de sangre, codicia o venganza.

Horacio Biord Castillo

Escritor, investigador y profesor universitario

Presidente de la Academia Venezolana de la Lengua
Director de la Academia de la Historia del Estado Mi