martes, 9 de diciembre de 2014

Abraham Salloum Bitar: Escuela de dudas

e a plenitud el poeta poliédricamente humano, absoluto, paradójicamente lógico-racional y al mismo tiempo 9 DE CIEMBRE 2014 - 12:01 AM
DI

Abraham Salloum Bitar | Foto: Cortesía


RAFAEL RATTIA

“En este libro se descubre a plenitud el poeta poliédricamente humano, absoluto, paradójicamente lógico-racional y al mismo tiempo sentimental”


Me gustaría pensar que este libro, post morten, del inmenso poeta Abraham Salloum Bitar, es uno más de su vasta e inagotable obra literaria que dejó para la posteridad a sus fervientes lectores, pero temo que tal vez no sea así y quizás sea el último.
Gracias a la Fundación que lleva su nombre es posible que sus devotos lectores –que son legión– accedamos a la gozosa experiencia de lectura de sus artículos de opinión en las páginas de la prensa de la región que lo acogió durante tantos años como un hijo ilustre, nunca declarado oficialmente pero sí tenido por la ciudad y sus ciudadanos como tal. ¡Enhorabuena!
Nunca un Prólogo hubiera hecho tanta justicia como este que se consigna aquí en las memorables páginas  de “Escuela de dudas” como el escrito –magistralmente hay que acotar– por Adonis Salloum Bitar.
En este libro se descubre a plenitud el poeta poliédricamente humano, absoluto, paradójicamente lógico-racional y al mismo tiempo sentimental; por estas 268 vibrantes páginas rielan el corazón y la razón sensible y sensitiva del poeta amado y venerado por sus iguales que viven, sufren y padecen una nación que no ha sabido estar a la altura de sus poetas y en no pocas ocasiones le ha dado la espalda a su tradición.
Nos dice Adonis Salloum que los textos postreros que recogen las páginas de “Escuela de dudas” … “describen con puntualidad de asceta desde los hechos parroquiales de la existencia mezquina y menuda de la provincia venezolana, esa ciudad de Angostura (Ciudad Bolívar), en la que se alimenta la ignorancia revestida de “cultura”; ese mismo ámbito donde conviven el presupuesto de la ignorancia y la ampulosa costumbre de los homenajes, (…) hasta la crónica urbana del crimen y de la impunidad que se vive en sus calles”. (p.11)
¿Cuáles son los derechos de la duda, esa hermana menor de la desesperanza? ¿Más aún: tiene acaso la duda pertinencia de legitimidad en el ámbito de la creación poética en Venezuela? ¿Se puede escribir poesía, en prosa o en verso, poco importa en realidad, desde lo que nuestro gran filósofo Juan Nuño denominaba con irrecusable acierto “la escuela de la sospecha”?
El poeta Abraham deja constancia testamentaria en la ventana de papel que fueron las páginas impresas del “Correo del Caroní hoy antologadas en esta hermosa “Escuela de dudas” y, con una inigualable pedagogía de la ciudad “desenmascara a personajes grotescos de la picaresca local y denuncia a otros actores revestidos de poderes extraterrenos que ocupan la palestra nacional e internacional”.
La fulgurante prosa ensayística de Abraham Salloum deja digna constancia para la posteridad su valiosa voluntad de recusación desacralizadora del tinglado institucional educativo “que fabrican la ignorancia en el interior de sus aulas” puesta al descubierto por el incisivo estilete de la ironía y la perplejidad implacable del admirable hombre de letras.
Como los prosistas emblemáticos más destacados de la pasada centuria, como los moralistas franceses e ingleses, verbigracia Chamfort, Swift; Abraham, dueño plenipotenciario de una mordaz y finísima ironía que descalabraba los rutilantes prestigios individuales e  institucionales de ciertas verdades sacrosantas que servían de coartadas a la moral acartonada y con olor a naftalina de personajillos de la farsa de triste recordación que coparon y en cierto modo aun pueblan el infumable proscenio del escenario cultural venezolano.
Nada de lo humano le fue ajeno al poeta. Como al antiguo sofista Protágoras de Gorgias, sus angustiantes preocupaciones estéticas e intelectuales, sus lacerantes cavilaciones de irreductible lector, le condujeron a dibujar y tejer un tapiz exacto y demoledor de la sociedad de su época con su abyección y sacralidad, sin evadir los quemantes desafíos éticos de su tiempo.


jueves, 4 de diciembre de 2014

Premio Internacional de Literatura cayó en Argentina


EL VIII CONCURSO LITERARIO INTERNACIONAL “ÁNGEL GANIVET” (HELSINKI, FINLANDIA) DECLARA GANADOR A UN ESCRITOR ARGENTINO


Por Salomé Guadalupe Ingelmo


Tras la selección y deliberaciones sobre los textos presentados, el jurado ha decidido conceder el Premio “Ángel Ganivet” 2014 en su modalidad de prosa a El estilista, del escritor argentino Osvaldo Gallone. El galardón ha sido recogido por el embajador argentino en Finlandia, Don Roberto Daniel Pierini, encargado a su vez de leer las palabras de agradecimiento enviadas por el autor, cuyo desplazamiento hasta Helsinki en dicha fecha resultó finalmente imposible.
La organización del evento ha advertido un notable aumento sobre la participación, que ya venía siendo muy alta, advertido en la presente edición del certamen. Se han contabilizado 1273 trabajos recibidos, enviados por participantes de 31 nacionalidades ‒Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Grecia, Guatemala, Holanda, Honduras, India, Italia, Marruecos, México, Nicaragua, Perú, Polonia, Puerto Rico, República Dominicana, Rusia, Suiza, Uruguay y Venezuela‒ desde un total de 36 países de residencia repartidos por todo el mundo ‒Alemania, Argentina, Bélgica, Brasil, Canadá, Catar, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, China, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Holanda, Honduras, Israel, Italia, Marruecos, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico, Reino Unido, República Dominicana, República Checa, Suecia, Suiza, Uganda, Uruguay y Venezuela‒.
Siguiendo un bien asentado ritual, el fallo del Concurso Literario Internacional “Ángel Ganivet”, convocado por la Asociación de Países Amigos, se ha hecho público durante la entrega de premios organizada en las dependencias que la Unión Europea tiene en el centro de Helsinki. El evento, sin duda el acto público relacionado con la lengua y literatura hispana más señalado en el calendario finlandés, cerró la Semana Cultural en la tarde del 27 de noviembre ante numerosos asistentes. Estuvieron presentes reputados representantes del ámbito académico y de distintos estamentos del mundo cultural finés e iberoamericano, a la par que una nutrida representación de la cosmopolita sociedad que reside en la ciudad. Asistieron también, como viene siendo habitual, destacados representantes del cuerpo diplomático acreditado en Helsinki: embajadores y otros representantes de países hispano hablantes como Argentina, México, Chile, España y Venezuela, entre otros.
Durante el acto también se ha presentado al público el retrato en óleo sobre lienzo de Osvaldo Gallone, realizado para la ocasión por el retratista español Alejandro Cabeza. La obra forma parte del premio con el que la Asociación de Países Amigos rinde homenaje al ganador del certamen. El pintor, que cuenta con tres décadas de experiencia profesional a sus espaldas, ha desarrollado en los últimos años una intensa labor retratística centrada en la figura de personajes consagrados del mundo de la cultura, muy especialmente iconos de la literatura hispana, que se ha materializado ya en cerca de cuarenta obras. Varios de sus retratos están expuestos permanentemente en edificios oficiales o forman parte de los fondos de diversas instituciones, organismo y centros públicos, como el Círculo de Bellas Artes de Valencia, el Gobierno Militar de Valencia, la Excelentísima Diputación Provincial de Valencia (retrato de D. Fernando Giner, Presidente de la Diputación de Valencia), el Excelentísimo Ayuntamiento de Barcelona, el Excelentísimo Ayuntamiento de Valencia o el Ilustre Colegio de Notarios de Valencia (retrato de D. Joaquín Borrell), entre otros. Uno de sus cuadros forma parte de la Colección Museo de la Ciudad de Valencia, y otros dos están en el Museo Vicente Blasco Ibáñez (uno, su famoso retrato del reputado escritor). Dos de sus cuadros, sendos
retratos de los escritores Alejo Carpentier y Nicolás Guillén, se exponen permanentemente en la prestigiosa Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba. Su retrato de la escritora doña Ana María Matute forma parte de los fondos de la Real Academia Española de la Lengua.
El texto ganador del VIII Certamen Literario Internacional “Ángel Ganivet”, de impecable factura, aborda un argumento harto doloroso: el genocidio perpetrado por los nazis en los campos de exterminio, en concreto en Treblinka. El estilista se revela un texto duro y alejado de los prejuicios y tópicos a menudo ligados a este argumento. Exento también de fáciles sentimentalismos, incluso marcado por un cáustico sentido del humor que, manejado con maestría y prudencia, se muestra un excelente revulsivo para remover conciencias. Porque El estilista constituye un efectivo alegato contra la intolerancia y la violencia, contra la brutalidad y el salvajismo; a favor de la belleza y la bondad, esos dos conceptos, junto a la verdad, indisolublemente unidos para los filósofos griegos.
Además, el jurado ha decidido distinguir por su calidad a diecinueve textos finalistas. Éstos han abordado argumentos y géneros de la más variada índole. En la edición de este año se advierte, eso sí, una marcada presencia del terror entre los relatos que han logrado entrar en la lista de finalistas. Un terror refinado y esencialmente alegórico que los ha hecho merecedores de reconocimiento  Excelente texto de misterio centrado en la brujería, pero que al tiempo encierra un firme mensaje anticolonialista y antimilitarista en el caso de Marcha de algodones ‒Roberto de Bianchetti (Argentina)‒. Terror que podríamos calificar de existencial en el caso de Jaque mate ‒Magnus Dagon, nombre artístico de Miguel Ángel López Muñoz (España)‒, donde el protagonista juega una partida de ajedrez contra un misterioso oponente invisible cuyo control sobre su vida, a la que va desposeyendo de piezas sin piedad, evoca una partida con una entidad superior, ya sea dios o el destino. Terror cotidiano en Gretel ‒María Jesús Andrés Miguel (España)‒, donde las insidias que se ciernen sobre la infancia ‒quizá actualmente demasiado descuidada, con la que los adultos ya apenas comparten juegos‒, incluso tras apariencias inocentes, cobran protagonismo. Pero como decíamos los casos han sido muy variados, y por ello entre los finalistas también encontramos textos especialmente simbólicos como Los condenados ‒Javier Quevedo Arcos (España) ‒, reflexión sobre la incomunicación y la indefensión del ser humano ante el sino, o Ciudad sin alas ‒Genrri Wilian Martínez Jerez (Cuba)‒, tierno alegato en favor de la libertad del individuo. Igualmente han tenido cabida en esa lista de finalistas textos de naturaleza más costumbrista, cotidiana e intimista, con argumentos tan variados como: el modo en el que la tragedia de las drogas afecta a las familias ‒Slow motion, Horacio Martín Rodio (Argentina)‒, la rebelión de aquellos que son considerados perdedores y por ello menospreciados y humillados por los individuos de éxito ‒El secreto de la masa madre, Miguel Ángel Gayo Sánchez (España)‒, la violencia de género ‒Te lo dije… Te lo dije, Fernando Francisco Medeot (Argentina) ‒, los recuerdos sobre la Guerra Civil Española ‒Golfín, Monserrat Pis Marcos (España)‒, los problemas mentales y los conflictos que éstos generan en el seno de la familia ‒Carne, David Betancourt (Colombia)‒… Y así hasta diecinueve meritorios textos y otros tantos autores.

El relato ganador  puede leerse (http://www.paisesamigos.com/premios_pdf/ganador_2014.pdf), junto con un comentario pormenorizado del mismo (http://www.paisesamigos.com/otros/analisis_ganadora2014.pdf), en la propia Web de la asociación convocante.
El acta de fallo se puede consultar aquí (http://www.paisesamigos.com/noticiasconcursoviii.html).

Como siempre, la Asociación de Países Amigos desea agradecer su confianza a todos los participantes y les emplaza a presentar sus obras en la próxima edición del certamen, que estará limitada a la categoría de Poesía.

Salomé Guadalupe Ingelmo
Coordinadora del VIII Concurso Literario Internacional “Ángel Ganivet”




domingo, 30 de noviembre de 2014

Relatos de José Luis Cestari


José Luis Cestari estrenó no ha mucho sin aspaviento  un nuevo libro y un nuevo estilo en su oficio de poeta, alternado con el canto y el ejercicio de la medicina.  Percibimos una prosa donde no deja de colarse la subjetividad poética, a veces rayana en la crónica objetiva, simple y cotidiana, pero que en todo caso, agrada y ayuda para que la imaginación juegue con las figuras de la realidad.  En su clarinada de corolario expresa que este libro tan sólo es un esfuerzo para compartir su autoconciencia y estimular a los lectores a que despierten la suya. Lo cierto es que estos relatos que  recibí a través del prodigioso correo electrónico, los he disfrutado plenamente.
El primero que leí trata de un pájaro que lleva el nombre de Cristo, tal vez porque su canto  asocia la tonalidad de la expresión del Cristo que fue.  Este relato  es realmente hermoso y digno de un poeta de exquisita sensibilidad como la suya, siempre aprehendiendo la belleza en las realidades aunque sean trágicas como esta donde el Cristofué se ausenta  para siempre despojado de su fronda.
            El poeta escribe sobre el país.  Ver para creer como Santo Tomás, porque sólo los escépticos no creen lo que está pasando aquí porque quizás nadie dice lo que debería decir, seguramente porque es más cómodo seguirle la corriente  al que pregunta para que le respondan lo que él solo quiere que le digan a fin de estar contento consigo mismo aunque sus intenciones lo conduzcan por la vía del Mitsu viejo, color trementina, con el que José Luis chocó en la vecindad de una cola al final convertida en una entropía que parecía un informe gigante o un molino de viento imposible de vencer con la lanza del Quijote.
El jueves 11 de abril de 2002 también fue un molino de viento imposible de derrotar.  Hizo falta una estrella, aquella que en Chirica iluminó la senda victoriosa de Piar y eclipsó la fortuna del Brigadier hispano.  De allí el llanto inconsolable del Gabilito cuando navegaba en su barco de piedra sesgando de un lado a otro para no llevarse por delante a los perros de agua. Porque en el agua de los ríos y de los lagos también se encuentran  perros como en la tierra, perros nada parecidos a los hallados por Colón en sus primeros viajes.  Los perros de ahora dejaron de ser salvajes gracias al desarrollo urbano y a la sociedad industrial que los divide entre perros urbanos con pedigrí esmeradamente cuidados, bien alimentados,  y los callejeros o realengos como este que el poeta describe en su crónica: perros sin paternidad, hambrientos, llenos de cicatrices vivas, husmeando en el desperdicio, como ahora los seres humanos de la marginalidad pordiosera de América.  Por supuesto, no viven en el fango como las salamandras acuáticas, pero viven en el basurero o en las cuevas como los ratones que un día cualquiera atormentaron el sueño de Doña Emilia, quien seguramente comprende lo que es vivir en túneles, en la humedad limosa de los alcantarillados y debajo los puentes donde  siempre moran sin rescate las Juana Petra a que alude la canción de Víctor Medina. Juana Petra cargada de hijos marcados desde muy temprana  edad con destinos complicados o sorprendentes en un mundo que por  contrasentido cada día se acerca más a ese imperio del conocimiento del que solía hablar el sabio Albert Einstein con el gato Fritz luego de horas enteras sumido en su teoría general y restringida de la relatividad y de la naturaleza corpuscular de la luz, coronados finalmente con un solo de violín, tres galletas de chocolate y media taza de leche.
A veces al sabio se le olvidaba dar los “Buenos días”, tan distraído como Tales de Mileto que mirando los astros, cayó un día en un  pozo.  Los “Buenos días”, ese ritual cotidiano, suerte de lazo afectivo que nos une a la gente o con el cual se pretende enlazar la inmutabilidad para hacerla amable o sonriente.







Jean: doña Jean en el tiempo


Jean: doña Jean en el tiempo     
RCL les invita a leer a Horacio Biord Castillo.-
Jean Aristeguieta Capella es una distinguida dama venezolana, poetisa y divulgadora de la literatura venezolana y de lengua española. Nacida en Guasipati (estado Bolívar) el 31 de julio de 1921, Jean aún se encuentra activa a sus 93 años. El 14 de julio de 2014 fue electa miembro correspondiente por su estado natal de la Academia Venezolana de la Lengua y el miércoles 26 de noviembre fue juramentada por el presidente de la corporación, don Francisco Javier Pérez, quien le hizo entrega del diploma que la acredita como tal. El acto se llevó a cabo en la residencia de Jean, en Caracas, un espacio lleno de recuerdos y vivencias. Junto a familiares, amigos y una representación de académicos, muy cerca de la habitación que fuera taller de pintura de la sublime Elvira Senior, cuyos cuadros llenaban de colorido y sonrisas el acto y el corazón de los asistentes, Jean juró cumplir y hacer cumplir los estatutos de la Academia, en especial los deberes inherentes a su cargo.
El acto no podía ser más emocionante. Doña Jean Aristeguieta, como lo quiere el tratamiento académico, es una de las escritoras más reconocidas y de larga trayectoria en nuestro país. Sus primeros textos fueron escritos en su adolescencia, en la década de 1930, en Ciudad Bolívar, adonde se había trasladado para cursar estudios. Desde entonces, Jean ha honrado la tradición literaria venezolana con su escritura, que abreva en los clásicos helenos y españoles. Bendita esta mujer de cuyas manos han salido tantas caricias para el alma y el espíritu, en forma de poemas, aforismos o textos en prosa.
Jean, menuda y llena de una belleza que se une a los colores y formas de los cuadros que engalanan su hogar, vibra y hace vibrar en un país tan necesitado de ejemplos como el suyo. Ha dedicado toda su vida a la poesía, a la literatura, a las artes, a la meditación, a los viajes, a la divulgación y, fuerza de donde dimana todo lo anterior, al amor plácido y sereno que se inspira en los cánones de belleza y vida de la antigüedad greco-latina. Jean del Orinoco y de Venezuela, pero también Jean de América y de Grecia, de esa Grecia inmortal que somos nosotros, como han sostenido varios pensadores, porque valoramos con perspectiva histórica el legado antiguo. No en balde Jean escribió uno de sus libros fundamentales (titulado Hélade, publicado en 1980, y dedicado “a Elvira Senior, [/] en testimonio de emocionada [/] gratitud por su compañía [/] durante este itinerario helénico”) como un homenaje a esa tierra que ella, de niña casi, en Ciudad Bolívar adivinó en el alienígena nombre de una balandra que surcaba las a veces tranquilas, otras bravías, aguas del gran río. La embarcación se llamaba Safo. No era el nombre de un encanto ancestral, que poseyera como dueña las antiquísimas lajas de los raudales guayaneses, sino el de la décima musa, que desde entonces subyugó a la gran Jean, acaso la undécima de ellas.
Jean en una pintura de Guayasamín
Jean en sus libros. Jean en el retrato que de ella hizo el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín. Jean en el busto que le esculpió una escultora de origen libanés. Jean en los retratos y en el nombre suyo dicho mil veces, musitado junto al Ávila para que ningún pájaro se lo lleve a la orilla de la playa y, de la lengua del mar, a ningún sórdido, por lejano, rincón del mundo.
Para la Academia Venezolana de la Lengua es un honor contar entre sus miembros a doña Jean Aristeguieta Capella, quien por esta vez le permite a la institución no quedar incompleta. Para Venezuela es un acierto que la Academia la haya acogido entre sus miembros, pues nos recuerda a todos la necesidad de cortar los retoños, tan comunes en esta tierra de gracia y de desgracias, del mítico árbol de loto. Que el olvido no se lleve a nuestros valores más imperecederos. Las máscaras de la desmemoria han de lavarse en las aguas claras de los ríos, de los morichales, de la lluvia menuda o fuerte que riega las sementeras y los jardines.
Jean era ya académica correspondiente de la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz. Ahora, por derecho propio, lo es de la más antigua de las academias venezolanas, que con la incorporación de esta poetisa cierra, de alguna manera, pero con broche de oro, la celebración de sus 130 años.
Jean con el Dr. Horacio Biord Castillo
Jean y su escritura han de perdurar como guiño amoroso, sonrisa y “palabra en el tiempo”, tal cual decía Antonio Machado de la poesía. Bienvenida sea nuestra Academia de la Lengua, correspondiente de la Real Española, a la obra y vivencias de doña Jean Aristeguieta Capella.
……………….
Horacio Biord Castillo
Investigador, escritor, profesor universitario
Individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua
Individuo de número de la Academia de la Historia del Estado Miranda
Jefe del Centro de Antropología del IVIC
Fotos: Gracia Salazar Lermont / María Elena Pacheco / Alba Marina Gutiérrez

Fuente: Reporte Católico laico 30112014 http://reportecatolicolaico.com/?p=3655

domingo, 1 de junio de 2014

TERESA EN EL TIEMO / Juan Guerrero /El Universal.


JUAN GUERRERO |  EL UNIVERSAL
jueves 29 de mayo de 2014  12:00 AM
No necesito más que estar: en línea vertical a tu mirada
Teresa Coraspe

De los poetas vivos en la Venezuela de esta trágica posmodernidad es Teresa Coraspe (Soledad, 1940) junto con Jean Aristeguieta, las voces más trascendentes de la poesía escrita por mujeres.

Desde su inicial libro, Las fieras se dan golpes de pecho (1975) hasta La casa sin puertas, (2004) se muestra una voz poética que tiene como centro existencial, el tiempo y lo cósmico como recurrencias. Junto a ello, el río en su cotidianidad es una presencia telúrica que va y viene como inmenso oleaje reflejado en sus barrosas orillas.

La he visitado muchas veces en su casa abierta a sus amistades y cercanías poéticas más amadas. Casa que es un lugar, no tanto donde habita Teresa, también para estarse entre tanto recuerdo de tiempos que se han instalado y son cotidianidad y presencia que fluye en su diario existir.

Promotora cultural de las más activas en Ciudad Bolívar donde ha iniciado a otros tantos poetas y escritores, a través de sus talleres literarios. También en su actividad como activista cultural en centros penitenciarios.

Teresa continúa su ciclo de construcción de una obra poética que persiste sin mayor presencia en los medios intelectuales nacionales. Sí en muchos círculos de intelectuales fuera del país, donde su obra se aprecia y se valora como una de las voces más importantes en la poesía latinoamericana. Interesa en ella su obra, colmada de imágenes, dramáticamente humana, palabra poética directa, humedecida por el río y tan amorosa a la vez.

Esta es su voz: "Ha llovido lunas este tiempo / Temblor ante el recuerdo / perfil quebrado en / mediodías / Es un sueño donde olvido / que sueño". De lunas repetidas, recuerdo su tan celebrado poema, Luna gótica de La Habana en mis recuerdos, (http://www.arteliteral.com/arteliteral_29/ojo/ojomalecon.htm) escrito a un fugaz amor habanero.

La palabra poética de Coraspe no da tregua, se incrusta en la carne y penetra el alma. Ilumina en incandescentes imágenes y desaparece la atontada cadencia decimonónica, a la vez que se aleja de toda falsa postura intelectual. Ella es ajena a la falsedad de la publicitación oficial y oficiosa, en estos años tan escandalosamente anodinos y banales.

Su escritura es lacerante, en su poética aparece la palabra colmada de una cotidiana existencia. Y es allí donde encuentra su trascendencia, su lugar más allá de toda sensiblería y lugar común.

Parte de su obra se ha publicado. Entre otros libros, Vuelvo con mis huesos, (1978); Vértice del círculo, (1987); Este silencio siempre, (1991); Tanta nada para tanto infierno, (1994); La casa sin puertas, (2004). Varios libros permanecen inéditos, entre ellos, Éxtasis del mar, Autobiografía del recuerdo(narrativa), Una mujer a la inversa (narrativa).

Mantiene desde hace ya varios años una página literaria, Ojo de búho, además de su blog (www.teresaeneltiempo.blogspot.com) donde publica periódicamente sus textos, además de dar a conocer la voz de otros escritores.
De sus últimos escritos, presentamos parte de un poema: "No es verdad que uno sea otro. He mirado desde aquí hasta las estrellas hacia aquel tiempo y solo no he podido recordar mi rostro ni las palabras dichas al azar y ya borradas para siempre".

"Sé que soy con otros signos y la misma desesperación que he llevado desde siempre conmigo. No es posible desdibujarse o borrarse, ni dejar de llevar baúles sobre la espalda, quizás es la vida que se nos recuesta...".

Poeta de la luminosidad, de la trascendente cotidianidad y del tiempo en su presente absoluto, que es eternidad, desamparo y silencio. Teresa Coraspe vive en Ciudad Bolívar, entre resplandores que anuncian grandes aguaceros. Con sus enormes huesos de mastodontes que exhibe en su casa como trofeos de una memoria que todo lo aborda, lo incorpora a su cotidianidad, ofreciendo una hechura de novedosa poética, renovada, llena de tiempo y alma.

"Uno no vuelve a nacer más nunca / Solo vibra este presente / Uno no vuelve a nacer más nunca / Haremos la metáfora perfecta / Eterno equilibrio del escorpión / trepando laberintos de fuego / Uno no vuelve a nacer más nunca".

jueves, 22 de mayo de 2014

Teresa Coraspe la poeta del año


FUNDACIÓN CIVIL CULTURAL EDITORIAL POETAS DEL RÍO
FUNDACIÓN  CIVIL CULTURAL EDITORIAL “POETAS DEL RÍO”. Casco Histórico de Ciudad Bolívar.
Casa de la Poesía.  Calle  Constitución.  RIF: J-31252592-4.  NIT: 0377606418.
Presidente: Poeta Jorge Casanova.  Celular: 0414-8544852  0416-9928791


Ciudad Bolívar, 22 de mayo de 2014


Ante todo reciban un saludo cordial.

En primer lugar, queremos expresar nuestro reconocimiento, por  el trabajo y el esfuerzo realizado, a las asociaciones, gremios y grupos culturales organizados de los diferentes municipios del estado, que hicieron postulaciones para la escogencia del próximo homenajeado en el III ENCUENTRO DE POETAS Y ESCRITORES DEL ESTADO BOLIVAR, 2014 _ el cual se llevará a cabo el venidero mes de noviembre _ incluyendo el municipio Heres. Dejan así demostrado su gran sentido de responsabilidad y compromiso cultural literario. 

A la vez, que, hoy 22 de mayo, fecha histórica, cuando cumple nuestra querida CIUDAD BOLIVAR  250 AÑOS de haber sido fundada,  honrando nuestro deber, LES INFORMAMOS:

“La COMISIÓN EVALUADORA, conformada por los reconocidos escritores guayaneses NÉSTOR ROJAS, CARLOS YUSTI Y ALCIDES IZAGUIRRE, nos hizo llegar su veredicto, habiendo sido seleccionada por unanimidad, para ser homenajeada, la poeta TERESA CORASPE, del municipio Heres, por su larga trayectoria en el campo literario, su valioso  aporte a la literatura guayanesa y nacional y  la repercusión de su obra a nivel internacional”.

*      La COMISION EVALUADORA debe hacer del conocimiento público esta información.

A los poetas y escritores que fueron postulados por los diferentes municipios, demás está decirles, que están cordialmente invitados a participar en este III ENCUENTRO DE POETAS Y ESCRITORES, esperamos que nos honren con su presencia.

Sin más a que hacer referencia, me despido de manera cordial,

Atentamente:




JORGE CASANOVA
Presidente de la fundación
Cel: 0414-8544852  0416-9928791


poetasdelrio@hotmail.com

TERSA CORASPE PREMIO REGIONAL DE POESÍA

FUNDACIÓN CIVIL CULTURAL EDITORIAL POETAS DEL RÍO
FUNDACIÓN  CIVIL CULTURAL EDITORIAL “POETAS DEL RÍO”. Casco Histórico de Ciudad Bolívar.
Casa de la Poesía.  Calle  Constitución.  RIF: J-31252592-4.  NIT: 0377606418.
Presidente: Poeta Jorge Casanova.  Celular: 0414-8544852  0416-9928791


Ciudad Bolívar, 22 de mayo de 2014


Ante todo reciban un saludo cordial.

En primer lugar, queremos expresar nuestro reconocimiento, por  el trabajo y el esfuerzo realizado, a las asociaciones, gremios y grupos culturales organizados de los diferentes municipios del estado, que hicieron postulaciones para la escogencia del próximo homenajeado en el III ENCUENTRO DE POETAS Y ESCRITORES DEL ESTADO BOLIVAR, 2014 _ el cual se llevará a cabo el venidero mes de noviembre _ incluyendo el municipio Heres. Dejan así demostrado su gran sentido de responsabilidad y compromiso cultural literario. 

A la vez, que, hoy 22 de mayo, fecha histórica, cuando cumple nuestra querida CIUDAD BOLIVAR  250 AÑOS de haber sido fundada,  honrando nuestro deber, LES INFORMAMOS:

“La COMISIÓN EVALUADORA, conformada por los reconocidos escritores guayaneses NÉSTOR ROJAS, CARLOS YUSTI Y ALCIDES IZAGUIRRE, nos hizo llegar su veredicto, habiendo sido seleccionada por unanimidad, para ser homenajeada, la poeta TERESA CORASPE, del municipio Heres, por su larga trayectoria en el campo literario, su valioso  aporte a la literatura guayanesa y nacional y  la repercusión de su obra a nivel internacional”.

*      La COMISION EVALUADORA debe hacer del conocimiento público esta información.

A los poetas y escritores que fueron postulados por los diferentes municipios, demás está decirles, que están cordialmente invitados a participar en este III ENCUENTRO DE POETAS Y ESCRITORES, esperamos que nos honren con su presencia.

Sin más a que hacer referencia, me despido de manera cordial,

Atentamente:




JORGE CASANOVA
Presidente de la fundación
Cel: 0414-8544852  0416-9928791

poetasdelrio@hotmail.com

ENCICLOPEDIA DE REGALO PARA LA CIUDAD






Una Enciclopedia de Consulta sobre temas social e histórico de Ciudad Bolívar y  Parroquias que conforman al Municipio Tomás de Heres, es el regalo para la capital bolivarense con motivo de los 250 años de su fundación,
         La novedosa obra, escrita y diseñada por la doctora en Educación Silarem Sánchez Valenzuela, dirigida a docentes y niños de primer nivel,  será bautizada el propio día 22 de mayo, a las once de la mañana en la Sala Cultural “José Martínez Barrios”, calle Boyacá, y  apadrinada  por los licenciados Carlos Mejías, director de El Progreso y Américo Fernández  Cronista de la Ciudad.
La obra consta de 167 páginas, distribuidas en Áreas de Estudios conforme a lo programas educativos y atendiendo a los principios pedagógicos de le enseñanza moderna, apegada fundamentalmente a la realidad de la demografía social del lugar escogido para su aplicación.
La obra  coadyuva a vigorizar la identidad de la ciudad e internalizar sus valores históricos más preciados así como  costumbres y tradiciones, en consecuencia resaltan en el trayecto de sus páginas imágenes de sitios emblemáticos del acontecer emancipador.
La autora, Silarem Sánchez Valenzuela, es nativa de Ciudad Bolívar, Doctora en Ciencias de la educación, Especialista en literatura infantil, Magister en planificación educativa.  Ha publicado tres Libros educativos de consulta histórico-cultural apegados a la primera etapa de la Educación Básica. A ello se suman los cuentos infantiles “El Faro y el Puente Angostura” “Habitantes en el fondo del Río Orinoco”; y las novelas “Mil fantasías en una jaula”, “Juanita La Chacina” y “¿Quién mató a Perro Seco?” (Ciencia ficción).Obras importantes dentro del ámbito educacional, son los trece libros dedicados a todos y cada uno de los Municipios que conforman el Estado Bolívar, trabajados con sus propios valores socio-culturales e históricos, Y ahora esta Enciclopedia de Consulta.


UN REGALO PARA LA CIUDAD



Una Enciclopedia de Consulta sobre temas social e histórico de Ciudad Bolívar y  Parroquias que conforman al Municipio Tomás de Heres, es el regalo para la capital bolivarense con motivo de los 250 años de su fundación,
         La novedosa obra, escrita y diseñada por la doctora en Educación Silarem Sánchez Valenzuela, dirigida a docentes y niños de primer nivel,  será bautizada el propio día 22 de mayo, apadrinada  por los licenciados Carlos Mejías, director de El Progreso y Américo Fernández  Cronista de la Ciudad.
La obra consta de 167 páginas, distribuidas en Áreas de Estudios conforme a lo programas educativos y atendiendo a los principios pedagógicos de le enseñanza moderna, apegada fundamentalmente a la realidad de la demografía social del lugar escogido para su aplicación.
La obra  coadyuva a vigorizar la identidad de la ciudad e internalizar sus valores históricos más preciados así como  costumbres y tradiciones, en consecuencia resaltan en el trayecto de sus páginas imágenes de sitios emblemáticos del acontecer emancipador.
La autora, Silarem Sánchez Valenzuela, es nativa de Ciudad Bolívar, Doctora en Ciencias de la educación, Especialista en literatura infantil, Magister en planificación educativa.  Ha publicado tres Libros educativos de consulta histórico-cultural apegados a la primera etapa de la Educación Básica. A ello se suman los cuentos infantiles “El Faro y el Puente Angostura” “Habitantes en el fondo del Río Orinoco”; y las novelas “Mil fantasías en una jaula”, “Juanita La Chacina” y “¿Quién mató a Perro Seco?” (Ciencia ficción).Obras importantes dentro del ámbito educacional, son los trece libros dedicados a todos y cada uno de los Municipios que conforman el Estado Bolívar, trabajados con sus propios valores socio-culturales e históricos, Y ahora esta Enciclopedia de Consulta.



miércoles, 7 de mayo de 2014

Nalúa Silva Monterrey

Nalúa Silva Monterrey: una tejedora de la paz (conversación con Roger Vilain)

Dra. Nalúa Silva, Luis D'aubaterre, Diego Rojas, Carlos Espinosa y Roger Vilain. II Foro Ecos-Nord (Francia-Venezuela).

Nalúa Silva Monterrey (Caracas, 1962), Doctora en Antropología Social y Etnología por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, profesora en la Universidad Nacional Experimental de Guayana, ha desarrollado, durante muchos años, un trabajo estrechamente vinculado con los indígenas de la región. Cofundadora del Centro de Investigaciones Antropológicas de la misma Universidad y con más de cuarenta publicaciones científicas en su haber, coordinó técnicamente el proyecto de demarcación de tierras para el territorio ye’kwana y es una apasionada luchadora por los derechos de los pueblos indígenas, así como por la conservación de la cuenca del río Caura.

Entrevista para el libro "Gente que hace escuela" (Caracas: Banesco, 2012).

Roger Vilain:  Hablemos un poco de su infancia, de su niñez. ¿Qué puede recordar al respecto? ¿Cómo evocaría esos años?
Nalúa Silva Monterrey: Mi madre es Virginia Monterrey López. De origen nicaragüense, vino muy niña a Venezuela, y mi papá es René Silva Idrogo, médico, guayanés, aunque nacido en Caracas. Mamá vino a vivir a Venezuela con una tía que estaba en Guasipati y se crió prácticamente aquí. Estudió enfermería y conoció a papá quien, aun cuando nació en Caracas, su familia es de Ciudad Bolívar. Ahí se conocieron.
RV: ¿Nació en Ciudad Bolívar?
NSM: Mi madre me echó a perder el gentilicio porque decidió ir a parir a Caracas, de modo que nací en Caracas el 18 de febrero de 1962. A los pocos meses mis padres regresaron a Ciudad Bolívar. Tengo dos hermanos del matrimonio de mis padres, y en realidad somos trece por parte de papá, que se casó siete veces. Él era un médico gineco-obstreta con una actividad profesional muy destacada, y también como político y como escritor. Escribió varias novelas, ensayos, y cultivó asimismo la poesía, aunque consideraba que era un género muy difícil.
Estudié en el Colegio Nuestra Señora de las Nieves toda primaria y secundaria, institución regida por las hermanas dominicas.
RV: ¿El quehacer intelectual de su padre influyó en usted de alguna manera?
NSM: Somos producto de la educación que recibimos. Pero la influencia no solamente vino de él. Mamá era una gran lectora. Mi abuela materna era una señora cuyo pasatiempo era leer. Entonces, durante mi infancia tuve alrededor gente leyendo. Mis padres se divorciaron cuando yo tenía cuatro años, y aproximadamente a mis tres, recuerdo que antes de irse al trabajo, todas las tardes, papá me leía Platero y yo. Terminaba de dormir la siesta en su chinchorro y antes de irse a su consulta me daba un poquito de café en el plato y desde el chinchorro se ponía a leerme.
Luego, mis tías también nos compraban libros. Recuerdo una colección llamada Ariel Juvenil y mis hermanos y yo leíamos ahí los grandes clásicos de la literatura universal. Cuando empiezo a leer todo eso, cuando terminé de leer la Iliada, por ejemplo, me interesó saber si era verdad o no que existía Troya. Me puse a indagar en las enciclopedias y descubrí que Schliemann, el descubridor de Troya, era un arqueólogo. Fui interesándome entonces por la arqueología. Tenía, además, una preocupación que chocaba siempre con la cuestión religiosa: de dónde viene el hombre. Recuerdo que en cuarto grado le preguntaba a las monjas que dónde entraban Adán y Eva en relación con los hombres de las cavernas, que qué pasaba allí. Era una preocupación de niña. Yo soy una persona de convicciones religiosas firmes, soy católica practicante, creo en Dios, pero también creo en la evolución del hombre. Me intrigaba, ya de muchachita, cómo se podía compaginar la evolución humana con lo religioso.
RV: ¿Qué respondían ellas?
NSM: Cuando estés más grande lo vas a entender. Pero ocurría que nunca lo entendía porque pasaban los años y no había respuesta para esa inquietud. Después, a punto ya de culminar el bachillerato, le dije a mi padre que iba estudiar arqueología, pero él no estuvo de acuerdo: pensaba que me moriría de hambre. Me dijo: yo quiero que explores arquitectura. Es una carrera muy linda para alguien creativo, inteligente, tú sabes…
RV: ¿Nunca le pasó por la cabeza esa idea, la de estudiar arquitectura?
NSM: Nunca. Pero sucede otra cosa. Como mis padres estaban divorciados, nosotros pasábamos las vacaciones con papá y a menudo íbamos al campo, y ahí estábamos en contacto con los animales, con la naturaleza. Mi padre tenía un  fundo. Íbamos los fines de semana. Dormíamos en chinchorros, cazábamos. Nos relacionamos con gente de campo, aprendimos a vivir en esas condiciones. Para mí eso ha sido una influencia fundamental. Ese tipo de vivencias te va creando un perfil de personalidad. Todo esto con la alegría de un ambiente de camaradería, de juego, de vacaciones.
RV: Volviendo otra vez a la idea de su padre de que estudiara arquitectura, ¿qué ocurrió entonces?
NSM: Yo quería estudiar arqueología. Mi padre accedió, me mandó a Inglaterra, primero a estudiar inglés para luego entrar a la universidad.
RV: Se fue con la idea de estudiar inglés y luego arqueología. ¿Qué pasó luego del primer año allá?
NSM: Veo que el pensum que tenían para arqueología estaba netamente enfocado hacia las islas británicas. ¿Y qué iba a hacer con especializarme en eso, si yo pretendía regresar a trabajar a Venezuela? Entonces cuando termino mi curso de inglés en la Universidad de Cambridge, no continué arqueología, regresé. Entré entonces a estudiar arquitectura en la Universidad Central de Venezuela, como quería papá.  Terminé el primer año pero no estaba a gusto, no me sentía bien. Y me vine otra vez para Ciudad Bolívar. Quise estudiar antropología, porque la arqueología es una especialidad de la antropología, pero cambiarse de una carrera a otra era muy complicado. ¿Dónde estudiar antropología finalmente? Le escribí a las embajadas y algunas me respondieron enviándome las direcciones de las universidades en las que podría hacerlo, y les escribí  también.  Me contestaron de México, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
RV: ¿Cuál fue su primer título en el área de la antropología?
NSM: Licenciada en Antropología Física.
RV: ¿Cómo se fue perfilando su interés, su vocación por los estudios antropológicos?
NSM: Por la preocupación sobre el origen del hombre. Hay una preocupación religiosa fundamental aquí, de dónde venimos, por qué somos lo que somos. Son preguntas que me hacía desde la infancia.
RV: No le convencía la explicación creacionista.
NSM: Yo no cuestionaba el asunto religioso, como no lo cuestiono hoy. La fe es fe. Cuando entro a la Escuela de Antropología digo: esto es lo que yo quiero. En antropología física podía ir a excavaciones, trabajar con los arqueólogos, y al mismo tiempo satisfacer mis intereses de acercarme al origen del hombre y a la evolución humana, que para mí hasta el día de hoy es algo que me fascina. Ahí, en México, viví cinco años.
RV: Usted ha hablado de su familia, de su madre, de su padre, de su abuela, sus tías, y se ha referido a ellos como la primera influencia a propósito de su vocación. Es una influencia puntual, concreta. Ahora bien, desde el punto de vista de su quehacer profesional, ¿quiénes la estimularon intelectualmente? ¿Qué experiencias al respecto la marcaron en profundidad?
NSM: En México las personas que estaban a mi alrededor eran gente excelente. Recuerdo al profesor de Antropología Física General, José Luis Fernández, un apasionado de la evolución humana. Nos estimuló muchísimo, nos puso a leer, a pensar. Recuerdo al profesor que nos enseñó a manejar huesos, huesos humanos, el doctor Carlos Serrano. Nos llevaba a las excavaciones. Con él pude excavar, por ejemplo, detrás de la Pirámide del Sol, en Teotihuacan. Recuerdo a Eyra Cárdenas, mi directora de tesis de licenciatura, muy preocupada por la genética. También recuerdo a un lingüista, Otto Schumann, quien fue el primero en darme a leer una etnografía completa, para que entendiera cómo viven los pueblos indígenas. Luego, cuando regreso a Venezuela, la principal influencia que tengo es la de Alexander Mansutti, quien después sería mi esposo.
Una experiencia que me marcó para toda la vida fue la del terremoto de México, el del ochenta y cinco. Yo lo viví. Vi lo bueno y lo malo de la gente ante una tragedia. Gente que es capaz de darlo todo por ayudar a los demás, y gente que es vil. Vi gente  totalmente perdida frente a un edifico en el que había muerto toda su familia. Fue una de las experiencias más impactantes de mi vida, y no me vine a Venezuela después del terremoto, yo me quedé ahí, porque dije: aquí es donde en este momento soy necesaria. (En este punto sus ojos se humedecen, su voz se quiebra por momentos).
RV: Una vez que regresa a Venezuela y se instala otra vez en Ciudad Bolívar, ya como antropóloga, ¿qué hace? ¿Cuáles son sus primeros trabajos?
NSM: Regresé a Venezuela aunque me habían ofrecido trabajo en México porque con la tesis de grado obtuvimos, mi compañera de tesis y yo, el “Premio Nacional de Investigación en Antropología Física Juan Comas”.  Al llegar empecé a trabajar en el Instituto Nacional de Deportes estudiando las características antropofísicas de los deportistas.
RV: ¿Qué otras labores desarrolló?
NSM: Empecé a trabajar en el Museo de Etnología (luego le cambiamos el nombre: Museo Etnográfico de Guayana). Me entregaron una colección de cestas indígenas, me pidieron que hiciera un museo con eso.  Tuve entonces que ordenar, previo entrenamiento para ello,  todas esas cestas, clasificarlas, estudiarlas.
RV: Prácticamente, entonces, fue la fundadora del Museo Etnográfico de Guayana.
NSM: Claro, sí, porque me entregaron las piezas y me tocó moldear todo aquello. Comencé a desarrollar las salas, no había dinero para nada. Freddy Carreño, quien dirigía el Museo de Arte Moderno Jesús Soto, hizo el diseño museográfico completo. Cuando empiezan las actividades, y cuando empiezo a trabajar los materiales con que cuenta el Museo, me di cuenta de que necesitaba más información y comienzo entonces a vincularme con los indígenas. Ellos permanentemente me piden cosas, colaboración, asesorías diversas. En ese momento había una gran efervescencia en el mundo indígena porque se preparaba la constitución de una organización nacional indígena, que era el Consejo Nacional Indio de Venezuela (CONIVE). Hasta ese momento sólo existían organizaciones indígenas separadas, y las ideas de una serie de líderes indígenas como Iris Aray o Noelí Pocaterra. Todos querían fundar una organización nacional. Me fui vinculando cada vez más con ellos hasta que un día vino René Ye’kwana, indígena también, me vio trabajando con la cestería y me dijo: a ti hay que enseñarte cómo funciona todo eso. Los ye’kwanas son un grupo con gran orgullo étnico, de su identidad, y entonces si vas a hablar de ellos, tienes que hacerlo correctamente. Tienes que aprender de su mundo, de su concepción de la vida, de su cosmovisión.  También me dice: vamos a llevarte al Caura. La cuenca del Caura es uno de los lugares de población ye’kwana más importantes. Tenía veinticuatro, veinticinco años, y acepté su ofrecimiento.
RV: Pudo realizar ese viaje, a la cuenca del Caura…
NSM: Sí, y con el tiempo se fueron estableciendo otros vínculos. Yo empecé realmente a trabajar para ellos, porque me encomendaban diversas tareas. Los he representado ante muchas instancias, nacional e internacionalmente. Por ejemplo, el Consejo Nacional Indio me pidió representarlos ante las Naciones Unidas, en el International Forest Forum. Las Naciones Unidas determinarían ahí qué políticas adoptar mundialmente en función de los bosques tropicales, y esto naturalmente los involucraba. La idea era respetar y defender los derechos de los pueblos indígenas y los bosques. En la Constituyente, por ejemplo, asesoré en materia de territorios indígenas, junto con Alexander Mansutti, quien llevó la mayor parte del peso en ese proceso. Y luego, los indígenas me piden que redacte un borrador para la Ley de Demarcación y Garantía de Hábitat. Lo hice. También me pidieron, la gente del Caura y las comunidades kari’ña del estado Anzoátegui, que los ayudara a montar el expediente para solicitar el reconocimiento de sus derechos territoriales. Fueron los primeros que se introdujeron en su momento. Inventamos una metodología particular de trabajo para cada uno de los casos que se estaban presentando, de modo que las mismas comunidades levantaran la información requerida a escala nacional. Bueno, he podido estar asimismo con los kari’ña, los hoti, y esas experiencias fueron nutriendo mi trabajo en el Museo, pues comienzo a hacer toda una red de relaciones en el país, tanto con otros antropólogos como con otras etnias indígenas.
RV: Aparte de la realización de su trabajo como antropóloga, supongo que la relación con los indígenas, sobre todo con la etnia ye’kwana, derivó en una relación fuertemente afectiva.
NSM: Por supuesto. René Ye’kwana era como mi hermano, él me llevó al Caura, trabajamos mucho juntos. De hecho, me integran en su sistema de parentesco, René me llama hermana menor. Entendí su sensibilidad, sé de sus esperanzas, de sus necesidades más importantes: la tierra, la salud y la educación.
RV: ¿Y su vida profesional, académica, continuó creciendo  en el ámbito universitario?
NSM: Tenía que seguir formándome. Siempre soñé con estudiar antropología en Francia, porque la antropología moderna en realidad se formaliza en Francia. En México estudié francés, y bueno, me fui a Francia a estudiar antropología social y etnología.
RV: ¿Cómo fue entonces esa ida a Francia, la experiencia académica allá, y el regreso nuevamente a Venezuela?
NSM: Conocí a Alexander Mansutti. Nos hicimos amigos, yo estaba haciendo mis trámites para irme a Europa. Llegamos a establecer otro tipo de relación, una relación afectiva, y empezamos a hacer planes juntos como pareja. Nos fuimos. Trabajé con Philippe Descola, quien fue mi director de tesis doctoral en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Allí daban clases Dumont, Godelier, Meillassoux, ellos fueron, entre otros, mis profesores. Iba a la biblioteca del College de France y en ocasiones venía Lévi Strauss, se sentaba, trabajaba, y yo casi moría de la emoción viéndolo sentado al lado mío en aquel lugar. He tenido el privilegio de estar con gente extraordinaria. Por eso soy muy quisquillosa con la excelencia. Yo digo que uno tiene que tratar siempre de ser excelente en lo que hace.
Bueno, estuve en Francia tres años, luego regreso a Venezuela, a Ciudad Bolívar. El Museo había sido cerrado, y entonces entré a la Universidad Nacional Experimental de Guayana y formé parte en 1997 de los fundadores, junto con Alexander Mansutti y Luis D’Aubeterre, del Centro de Investigaciones Antropológicas de la misma institución. La vinculación con los movimientos indígenas continuó, pues en realidad siempre se había mantenido. En un momento determinado me piden que sirva de traductora en un encuentro de los kariñas de las Guayanas. Guayana Inglesa, Francesa, Surinam, Brasil y Venezuela. Ya en el encuentro, obtuve la dirección de un investigador inglés, Marcus Colchester, a quien escribí,  comentándole que el territorio del Caura estaba en peligro de ser inundado porque se pretendía un trasvase del río Caura al Paragua debido a la construcción de una presa. Colchester había trabajado con los Sanema, ante problemas muy parecidos, y creamos un equipo para evitar la inundación del Caura. Iniciamos entonces un proyecto de demarcación de tierras para el territorio ye’kwana, de manera de crear las condiciones para que en un futuro los indígenas pudieran obtener el reconocimiento de sus tierras y, en consecuencia, seguridad jurídica. Eran 4,5 millones de hectáreas, equivalentes al 5% del territorio nacional. Lo llevamos adelante y logramos levantar el mapa. Luego, conjuntamente con la Universidad de Los Andes, logramos que este mapa se registrara como propiedad intelectual de los ye’kwana y sanema de Venezuela. Asimismo, en un trabajo pionero, aquí en la Universidad de Guayana, con los colegas del Centro de Investigaciones Ecológicas, con Judith Rosales, quien estaba empeñada en eso, con Hernán Castellanos,  Elio Sanoja, Nay Valero, Lionel Hernández,  tratamos de que el conocimiento científico fuese llegando a las comunidades indígenas, y para ello hicimos un  trabajo, y lo publicamos, relativo a la adaptación de textos científicos al idioma ye’kwana. Con el Centro de Investigaciones Ecológicas de la Universidad de Guayana hemos formado un equipo sumamente productivo en relación con la conservación de la cuenca del Caura y la lucha por los derechos de los pueblos indígenas, en alianza con las comunidades protagonistas. He aprendido muchísimo de mis colegas de la universidad, su influencia ha sido determinante, por su formación y vocación de trabajo. Además de mis compañeros del Centro de Investigaciones Ecológicas de Guayana, he aprendido de Sergio Milano, Ana Jorge, Luis Guzmán, Carlos Maytin, Glenda Rodríguez. Hay que decir que la Universidad de Guayana ha sido la que ha  dado la cara y ha mantenido una posición muy respetuosa y comprometida, de desarrollo sostenible, con las comunidades indígenas.
RV: Paralelamente a lo anterior, hace usted vida ciudadana organizada. Háblenos un poco al respecto.
NSM: Estoy vinculada a movimientos ecológicos, a ONG’s,  tenemos una organización llamada “Ciudadanos de Angostura”. Allí discutimos acerca de los problemas de la ciudad y presentamos proyectos en atención a cómo deseamos que sea ésta, cómo la imaginamos, cómo la soñamos, cómo la pensamos. Cada vez que notamos un problema, lo discutimos y presentamos posibles vías de solución. Somos muy activos en  ese sentido, sin ser denunciantes de oficio sino tratando siempre de aportar soluciones.
RV: Volviendo a su actividad profesional,  ¿con cuáles ONG’s ha trabajado en relación con el tema indígena?
NSM: Con la Forest  Peoples Programme, por ejemplo, con sede en Inglaterra, muy activa en  lugares en los que hay poblaciones indígenas que habitan en la selva. Me pidieron que formara parte de su directorio. Pude conocer qué ocurría en África, en Finlandia, en Rusia… en los pueblos indígenas que viven en zonas selváticas. Pudimos ayudar a muchas etnias, sin importar dónde estuvieran. Esa experiencia cambió mi visión del mundo. Marcus Colchester, fundador del Forest Peoples Programme, junto con la gente que te mencioné anteriormente (Alexander Mansutti, Descola, Godelier, mis profesores mexicanos y tantos otros) me marcaron profundamente.
RV: ¿Qué otros proyectos la ocupan actualmente?
NSM: Sin desvincularme jamás de mi trabajo en el Caura, que es un proyecto de vida,  desarrollamos ahora uno sobre el patrimonio cultural del estado Bolívar, para inventariarlo, y en ese marco me he interesado por la tradición oral, que es un área poco investigada  aquí. Otro proyecto es uno relativo a la soberanía y territorialidad. Otro, aún no formalizado, es el de la diversidad cultural: cómo se dan los procesos de generación de diversidad cultural y de identidad. Y otro que pretendo realizar alguna vez es una investigación sobre la percepción indígena del entorno.
RV: Frente a una frase como “gente que ha sido escuela”, ¿se siente aludida?
NSM: Esa frase está en participio pasado. Creo que todavía soy una investigadora activa que está trabajando, produciendo y que sigue haciendo cosas. ¿Soy escuela? Uno influye en su entorno, trata de apoyar a la gente y enseñar, en la medida de lo posible, lo que sabe. Que alguien sea “escuela” implica que genera una manera de ver el mundo, de pensar. Ciertamente, el trabajo que venimos desarrollando en el Centro de Investigaciones Antropológicas de la Universidad de Guayana es uno que ha orientado la actividad de otras personas. Entre todos hemos generado una visión compartida de lo  que son los indígenas, del desarrollo sostenible y eso de algún modo se convierte en una línea de pensamiento.
RV: ¿Qué la mueve a continuar trabajando en función de las causas que le son fundamentales?
NSM: Hay un compromiso con el presente, con el futuro, con la gente que está por venir, para que encuentren un mundo mejor, si es posible, del que tenemos ahora. Eso nos obliga a actuar en consecuencia.
RV: ¿Qué momento específico siente que vive hoy? ¿Es hora de balances o de continuidad?
NSM: Simplemente estoy trabajando activamente. Tengo muchas metas que quiero alcanzar y creo que vivo un momento de continuidad. No obstante, siempre, cuando terminamos un trabajo, se hace un balance para evaluar lo realizado. Aunque, repito, éste es un momento de continuidad para mí, creo que también hago balances, pero no como el fin de un camino sino para ver dónde estoy.
RV: Si le dieran a escoger una imagen para Venezuela, ¿cuál elegiría?
NSM: Un atardecer en el puente Angostura.
RV: ¿Una imagen, frase o recuerdo para definir su vida?
NSM: Una colega del IVIC me dijo que yo era una “tejedora de la paz”.