domingo, 1 de junio de 2014

TERESA EN EL TIEMO / Juan Guerrero /El Universal.


JUAN GUERRERO |  EL UNIVERSAL
jueves 29 de mayo de 2014  12:00 AM
No necesito más que estar: en línea vertical a tu mirada
Teresa Coraspe

De los poetas vivos en la Venezuela de esta trágica posmodernidad es Teresa Coraspe (Soledad, 1940) junto con Jean Aristeguieta, las voces más trascendentes de la poesía escrita por mujeres.

Desde su inicial libro, Las fieras se dan golpes de pecho (1975) hasta La casa sin puertas, (2004) se muestra una voz poética que tiene como centro existencial, el tiempo y lo cósmico como recurrencias. Junto a ello, el río en su cotidianidad es una presencia telúrica que va y viene como inmenso oleaje reflejado en sus barrosas orillas.

La he visitado muchas veces en su casa abierta a sus amistades y cercanías poéticas más amadas. Casa que es un lugar, no tanto donde habita Teresa, también para estarse entre tanto recuerdo de tiempos que se han instalado y son cotidianidad y presencia que fluye en su diario existir.

Promotora cultural de las más activas en Ciudad Bolívar donde ha iniciado a otros tantos poetas y escritores, a través de sus talleres literarios. También en su actividad como activista cultural en centros penitenciarios.

Teresa continúa su ciclo de construcción de una obra poética que persiste sin mayor presencia en los medios intelectuales nacionales. Sí en muchos círculos de intelectuales fuera del país, donde su obra se aprecia y se valora como una de las voces más importantes en la poesía latinoamericana. Interesa en ella su obra, colmada de imágenes, dramáticamente humana, palabra poética directa, humedecida por el río y tan amorosa a la vez.

Esta es su voz: "Ha llovido lunas este tiempo / Temblor ante el recuerdo / perfil quebrado en / mediodías / Es un sueño donde olvido / que sueño". De lunas repetidas, recuerdo su tan celebrado poema, Luna gótica de La Habana en mis recuerdos, (http://www.arteliteral.com/arteliteral_29/ojo/ojomalecon.htm) escrito a un fugaz amor habanero.

La palabra poética de Coraspe no da tregua, se incrusta en la carne y penetra el alma. Ilumina en incandescentes imágenes y desaparece la atontada cadencia decimonónica, a la vez que se aleja de toda falsa postura intelectual. Ella es ajena a la falsedad de la publicitación oficial y oficiosa, en estos años tan escandalosamente anodinos y banales.

Su escritura es lacerante, en su poética aparece la palabra colmada de una cotidiana existencia. Y es allí donde encuentra su trascendencia, su lugar más allá de toda sensiblería y lugar común.

Parte de su obra se ha publicado. Entre otros libros, Vuelvo con mis huesos, (1978); Vértice del círculo, (1987); Este silencio siempre, (1991); Tanta nada para tanto infierno, (1994); La casa sin puertas, (2004). Varios libros permanecen inéditos, entre ellos, Éxtasis del mar, Autobiografía del recuerdo(narrativa), Una mujer a la inversa (narrativa).

Mantiene desde hace ya varios años una página literaria, Ojo de búho, además de su blog (www.teresaeneltiempo.blogspot.com) donde publica periódicamente sus textos, además de dar a conocer la voz de otros escritores.
De sus últimos escritos, presentamos parte de un poema: "No es verdad que uno sea otro. He mirado desde aquí hasta las estrellas hacia aquel tiempo y solo no he podido recordar mi rostro ni las palabras dichas al azar y ya borradas para siempre".

"Sé que soy con otros signos y la misma desesperación que he llevado desde siempre conmigo. No es posible desdibujarse o borrarse, ni dejar de llevar baúles sobre la espalda, quizás es la vida que se nos recuesta...".

Poeta de la luminosidad, de la trascendente cotidianidad y del tiempo en su presente absoluto, que es eternidad, desamparo y silencio. Teresa Coraspe vive en Ciudad Bolívar, entre resplandores que anuncian grandes aguaceros. Con sus enormes huesos de mastodontes que exhibe en su casa como trofeos de una memoria que todo lo aborda, lo incorpora a su cotidianidad, ofreciendo una hechura de novedosa poética, renovada, llena de tiempo y alma.

"Uno no vuelve a nacer más nunca / Solo vibra este presente / Uno no vuelve a nacer más nunca / Haremos la metáfora perfecta / Eterno equilibrio del escorpión / trepando laberintos de fuego / Uno no vuelve a nacer más nunca".